

CINCO PRINCIPIOS DE LECTURA:
Quiero decir que había leído las primeras páginas de este libro casi distraídamente -ya que como siempre, nunca leemos bien[1]-, pese a que había en ellas algo sumamente bonito.-Lacan[2]-

Estar atento al significante quiere decir en primer lugar saber leer.
-Lacan[1]-
1.- LA LECTURA DE TEXTOS PSICOANALÍTICOS, UNA EXPERIENCIA DE PALABRA
En un consultorio, el psicoanálisis es una experiencia de palabra, ya sea que se esté en la posición
de analizante o en la función de analista.
Pero también puede ser una experiencia tal, de palabra, cuando se asume su lectura de manera:
1) directa, es decir, abordando sus textos fundamentales, antes que sus resúmenes y comentarios,
2) entre varios, incluyendo la función de un “más-uno” que haga circular la palabra y con ella la
función del deseo,
3) en voz alta,
4) diferenciando los niveles del texto: a) enunciación/enunciado y b) significante/significados y
5) marcando los tres tiempos lógicos aislados por Jacques Lacan para todo trabajo analítico: el
instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir.
De ese modo, la lectura se convierte en una experiencia con relieve, topológica, donde es posible
identificar los tres registros lacanianos, Real, Simbólico e Imaginario, y sus consecuentes efectos
sorprendentes. Creemos que es una manera de que el psicoanálisis conserve su estatuto de tal en
ámbitos no analíticos y fuera de un consultorio. Es lo que justifica la propuesta de estas Lecturas
Fundamentales de psicoanálisis.
2.- ¿POR QUÉ LEER ALGUNOS TEXTOS DE FREUD Y DE LACAN?
Como las obras clásicas de la literatura, hemos constatado que los textos de Freud y de Lacan son,
en algunos de los medios que frecuentamos, universitarios y psicoanalíticos, textos de los que
todo el mundo habla, pero que muy pocos leen. Entre las razones que escuchamos para ello, las
más comunes aducen que son difíciles, tanto por los temas que tratan, como por el lenguaje y los
términos conceptuales, o que son muy extensos y el tiempo apremia. Razones todas muy válidas y
que admiten diversas salidas.
Para facilitar y abreviar la tarea, lo más frecuente es acudir a textos y comentarios de quienes se
supone los han leído previamente o son expertos en alguna de sus temáticas. El problema es que,
por diversas razones que seguramente conciernen tanto a la naturaleza ambigua de todo
significante, como a las distintas perspectivas y fantasmas de algunos de esos lectores
experimentados, constatamos frecuentemente, en la comparación de lo oído con lo escrito, una
gran diferencia entre lo que esos comentarios atribuyen a nuestros autores y lo que realmente
ellos plantean en sus textos. No creemos que la confrontación o el recurso a una docta autoridad
sean vías psicoanalíticas para dar cuenta de lo que realmente plantearon Freud y Lacan. La
primera consolida el fantasma, sea neurótico, psicótico o perverso; la última, se vale de la
sugestión sea por amor, lealtad o prestigio.
Entre las vías propiamente psicoanalíticas, escogemos la de la experiencia de lectura, tal como la
hemos vivido y descrito en 1.1. Esta experiencia seguramente permitirá que los asistentes a las
Lecturas Fundamentales formen su propio criterio sobre algunos de los textos base del
psicoanálisis. De esta manera podrán contar con elementos para discernir mejor, entre lo que leen
y escuchan al respecto, lo que es transmisión auténtica y lo que es equívoco, malentendido y/o
tergiversación.
En conclusión, leemos los textos de Freud y Lacan porque reconocemos en ellos la definición de
Borges 4 : “Clásico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un
libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y
con una misteriosa lealtad”.
El lector reconocerá en nuestra invitación la urgencia de nuestras razones.
3.- OBJETIVOS DE LAS LECTURAS FUNDAMENTALES DE PSICOANÁLISIS:
¿PARA QUÉ LEER FREUD Y LACAN EN NUESTROS DÍAS?
En primer término, dado que somos conscientes de la dificultad de toda lectura, así que los leemos
entre varios y en voz alta, para controlar nuestra propia lectura. Es decir, para tratar de
sostenernos en el hilo significante que exige muy especialmente la lectura psicoanalítica y en el del
reconocimiento de sus tres registros, Real, Simbólico e Imaginario. Pues, como es sabido, Lacan no
dejó de indicarnos esas dos vías (la del significante y los tres registros) desde el principio al fin de
su enseñanza, y de manera puntual cuando se trataba de la lectura de Freud.
Este control de nuestras lecturas nos permitirá, en segundo término, tratar de reducir, en la
medida de nuestras posibilidades, algunos de los múltiples malentendidos que tergiversan el
legado psicoanalítico en nuestros días. Y, finalmente, para contribuir, en esa misma medida a la
triple tarea que Jacques Lacan propuso para su Escuela en 1964 5 y que consideramos de absoluta
vigencia para todo aquel que se comprometa en la difusión del psicoanálisis de orientación
lacaniana en nuestros días. Estas tres tareas son:
1.- En el campo abierto por Freud [el del lenguaje y la palabra], restaurar el filo cortante de su
verdad.
2.- Reconducir la praxis original que él instituyó bajo el nombre de psicoanálisis al deber que le
corresponde en nuestro mundo.
3.- Mediante una crítica asidua, denunciar las desviaciones y los compromisos que amortiguan su
progreso, degradando su empleo.
5 Lacan, Jacques. “Acto de Fundación” (1964). En: Otros escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 247.
BIBLIOGRAFÍA:
1 El subrayado es nuestro.
2 Lacan, Jacques. Seminario VI, El deseo y su interpretación (1958-59). Buenos Aires, Paidós, 2014, p. 227.
3 Lacan, Jacques. Seminario IV, La relación de objeto (1958-59). 15 de mayo de 1957. Buenos Aires, Paidós, 2014, p. 227.
4 Borges, Jorge Luis. En: Otras inquisiciones (1952). Recuperado de: Ciudad Seva. Casa digital del escrito Luis López Nieves: https://ciudadseva.com/texto/sobre-los-clasicos/
5 Lacan, Jacques. “Acto de Fundación” (1964). En: Otros escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 247.